Hace unos días escuché este relato, pero hasta ahora no me
he decidido a presentarlo en honor del buen gusto. ¿Pero que es el buen gusto?.
Supongo que algo que no altera, no ofende la sensibilidad. Por lo tanto los
telediarios serían programas de mal gusto, sediento de algún sentimiento. ¿Por
qué si no de otra forma se pueden apellidar a un espacio donde la muerte,
normalmente cruel, se nos muestra con toda cotidianidad?. Y casualmente a la hora en que almorzamos o cenamos. Desde
luego ya casi nada de lo que veamos nos quita el apetito, incluso, diría más,
nos altera nuestro estado de ánimo. ¡Somos inmune a las desgracias , bueno solo
a las ajenas ¡.
Hace pocas semana y junto al lugar donde trabajo, en un pequeño parquecito, se ahorcó
un señor de unos 80 años aproximadamente. Mis alumnos lo vieron. Y no venían
conmovido por la tragedia sino portando fotos del suceso. Compitiendo por saber
que foto era la mejor y la más explícita. Y no, no es mis alumnos y alumnas
sean malos, la mayoría son unas chicas y unos chicos estupendos, pero tan acostumbrado
a ver estos sucesos que los ha vuelto
seres inertes. La muerte en directo a las tres en punto lo han vuelto indiferente.
Es curioso como hace pocos días un ilustre escritor más o
menos ha dicho esto: Ver un asesino no asusta, pero ver una teta pone las manos
en la cabeza a más de uno o una.
¿Curioso verdad?. Desde esta visión yo propondría a la santa
madre iglesia que el sexto mandamiento cambiara de lugar y pasara a llamarse el
primer mandamiento.
A raíz de esto, comienzo a contarle el relato que me ha traído
a estas líneas. Aunque sé que más de uno tras leer esto lo va a calificar como
grosero y poco correcto. Espero que al menos el lector no se quede solo con las
palabras. Sino que entiendan como ha cambiado los tiempos y que si algunos se
le ocurre hacer lo mismo, pues puede terminar como no esperaba.
Comienzo el relato. En un bonito pueblo de la sierra
gaditana, al pie de la montaña, aún quedaba un resquicio de trabajo en la
construcción. ¡Aunque parezca mentira es real! Allí se encontraban trabajando
cinco valerosos albañiles, pertrechados tras su diestro palaustre y repleto de testosteronas.
Sería sobre el medio día, hora en el afanado gremio descansa para zamparse el
bocadillo diario. Hora también para observar y para quedarse deslumbrado
mirando y jaleando a las guapas mozas del pueblo. En estos minutos osó pasar
por allí una hermosa y esbelta moza gaditana, la cual al instante, capto la atención del
pentágono de hombretones . Pues así, el más hombre, el más macho y el más
valiente, queriendo demostrar esto ante sus compañeros, se decidió a dedicarla
el más burro piropo que imaginar hubiera, comenzando con estas palabras: ¡ Niña, yo te comería enterito aquello que más te gusta ¡La bella zagala,
sin cortarse , ni un pelo y como si hubiera oído llover, volvió cabeza, y le
contesto de esta forma tan ingeniosa : ¡Pues ya te puedes empezar a comer la
polla de mi novio ¡
¿Qué grosero o no? Pues si aún les ha sabido a poco, vean
este magnifico corto y no se queden solo con envase.
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