bienvenidos

Bienvenidos aquellos que saben valorar una sonrisa. Bienvenido los que saben sobrellevar con humor los problemas. Los que saludan por la calle. Los que saben disfrutar de un rato de charla.
Bienvenido los que saben dialogar y respetar al contrario. Bienvenidos los que defienden sus pensamiento, sus deseos y sus locuras siendo tolerantes.
Bienvenidos los que saben reirse de si mismo y los que saben encontrar algo positivo en un mal momento. Los que disfrutan del mar y de la cervecita, de la compañía de los amigos y de la libertad de ser cada uno diferente pero iguales.
Bienvenido al fín, todo aquel que sepa aprovechar el don de la vida.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Por ahora voy ganando la guerra ( como dejar de fumar, parte última, al menos eso espero)

Sería sobre mayo cuando había recuperado mi nivel de nicotina habitual, aproximadamente un paquete diario. Me encontraba a punto de sucumbir, de rendirme para siempre en esta guerra, pero me reanimó, en esta ocasión, el ser práctico.


Pensé que si al fin y al cabo tenía pagado dos intentos más de dejar de fumar por hipnosis. ¿Por qué habría de desaprovecharlo? . A los pocos días le puse a la psicóloga un mensaje solicitándole de nuevo consulta. Yo no sé si fue porque cuando se paga por adelantado, el servicio, “incomprensiblemente “baja de calidad, o porque a veces internet no funciona bien. El caso es que no recibí respuesta. Podría haberme rendido, pero yo para esto soy muy mío. ¿Que no me escuchas? ¡Pues toma grito!

O sea que volví a enviarle un email una y otra vez. La verdad es que ya me encontraba bastante mosqueadillo. Comencé a recordarle en ese email, que tenía la obligación de asistirme, y parece que fue por ahí donde comenzó a rendirse. Me enviaba citas con días imposibles de acudir, y yo erre que erre. Tras esto volví a intentarlo por el móvil. Y aunque la fecha y la hora que me dio era más para dormir la siesta que para estar desfilando por un pueblo andaluz, yo acepte. Era el 22 de julio a las cuatro de la tarde. ¡Toma fresquito!

Y allí me presenté, sudadito pero puntualmente como suelo hacerlo. En honor a la verdad he de decir que me recibió muy cortésmente. Me preguntó cuando había vuelto a fumar y la razón de la causa. Yo le comenté que mi objetivo era ser fumador casual o más bien de fines de semana. Ella me dijo, muy rotundamente, que eso me sería imposible. Para un fumador antiguo y con una dosis alta de nicotina, el abrir el grifo del tabaco es volver a los mismo hábitos, ni un cigarro más y ni un cigarro menos. Por lo visto eso lo tenemos grabado en el disco duro de nuestro cerebro, y una vez se activa no se puede hacer nada para evitarlo. Y aunque esto que me dijo suena a canción, creo que es la clave de la solución: “O todo o nada”. No hay vuelta de hoja.

Ni imitaciones del hábito como cigarrillos mentolados, ni parches de nicotinas, ni menos aún este cigarrillo electrónicos que echa humo. Para ella, esto se tiene que hacer a palo seco. En ese momento a uno le entran ganas de salir cantando por los Chichos, eso que decía así: ¡Ay que dolor, ay que dolor!

Bueno pero ya puesto aquí estamos para echarle dos bemoles. Dos horas más de terapia y hasta ahora.

¿Qué si duele? Pues no. ¿Qué si engordas? Pues sí.

¿Merece la pena? Globalmente creo que sí, pero no te creas ni que te vuelves otro, ni que puedes correr 5 km sin asfixiarte. Yo sigo conviviendo con fumadores, afortunadamente casi no me molesta su presencia. No me he vuelto un histérico antitabaco. Y sigo cogiendo los mismos refriados de siempre. ¿Qué es lo mejor? Que de nuevo he vuelto a poder oler algo tan inmenso y maravilloso como es el mar.

1 comentario:

  1. jaja ánimo! os dejamos nuestro blog x si os interesa! esperemos q os guste! =) http://wwww.desdebellaterra.com/bythefacebook/

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