bienvenidos

Bienvenidos aquellos que saben valorar una sonrisa. Bienvenido los que saben sobrellevar con humor los problemas. Los que saludan por la calle. Los que saben disfrutar de un rato de charla.
Bienvenido los que saben dialogar y respetar al contrario. Bienvenidos los que defienden sus pensamiento, sus deseos y sus locuras siendo tolerantes.
Bienvenidos los que saben reirse de si mismo y los que saben encontrar algo positivo en un mal momento. Los que disfrutan del mar y de la cervecita, de la compañía de los amigos y de la libertad de ser cada uno diferente pero iguales.
Bienvenido al fín, todo aquel que sepa aprovechar el don de la vida.

lunes, 29 de junio de 2009

Cuidado con las imitaciones




Hace pocos días nos despertamos con la noticia de que Michael Jackson había fallecido. Seguramente a partir de ahora aparecerán un montón de imitadores de este cantante. Habrá gente que vista como él, que baile como él, que actué como él y hasta que pretenda ser tan blanco como él. Pero a veces la excesiva admiración o imitación de un ídolo puede traer nefastas consecuencias.
Refiriéndome a lo anterior recuerdo una historia que me contaron en mi primer viaje a Tetuán. Fui con una amiga a conocer a los pintores de esta escuela de arte. Eran personajes amables, ocurrentes y bastante divertidos. Uno de estos pintores era el director de la escuela de arte de Tetuán, y nos contó la siguiente anécdota.
Tenía un alumno que admiraba de una forma excesiva a Van Gogh , tanto que vestía como él, tenía actitudes parecidas y que decir de sus cuadros, eran una burda imitación de la obra artística de este gran pintor. A todo esto he decir que la escuela de arte de Tetuán esta situada en un bonito edificio en el centro de la población. Acompañada de numerosos jardines y fuentes, donde numerosos pajarillos anidaban. Además de estos seres tan plumíferos, esta escuela también se encontraba poblada de numerosos gatos. Gatos de mil colores, grises, anaranjados, pequineses, gatos solitarios al sol y juguetones por los pasillos.
Pues bien, la admiración de nuestro díscolo alumno llegó a tal sobre el gran maestro holandés que ni corto ni perezoso un día pretendió mejorar su imitación. Llego esta a tal extremo que decidió un día cortarse una oreja , y no se le ocurrió mejor lugar que hacerlo en la misma aula donde recibía las clases de pintura.
Los compañeros al descubrir la gran locura que había cometido inmediatamente pusieron el grito en el cielo. Supongo que es allí al menos donde llegaron sus atronadores gritos . El alumno se desmayó y al momento se derrumbó sobre el suelo, dejando una enorme mancha de sangre sobre este. De pronto sus compañeros tuvieron que buscar una solución inmediata y llevado por el buen juicio decidieron acompañar a este alumno al hospital más próximo.
Al llegar a este .el alumno fue inmediatamente introducido en el quirófano para evitar que aún sangrara más. Mientras tanto los compañeros esperaban en una sala próxima. De pronto apareció uno de los médicos que atendían al paciente pintor. Les pregunto a los otros alumnos que donde estaba la oreja que el desdichado se había seccionado, porque con las nuevas técnicas quirúrgicas esta se podría de nuevo implantar.
Loa alumnos recordaron que la añorada oreja había quedado abandonada en el aula de arte y decidieron varios de ello retornar a ese lugar. Cuando llegaron lo primero que vieron fue la susodicha oreja pero llevada en la boca por uno de los numerosos gatos que habitaban el centro. Uno, dos y tres alumnos salieron despavorido detrás del intrépido minino. Procuraron acorralarlo, convencerlo por las buenas, pero al gato no se le ocurrió otra cosa que montarse en un tejado, totalmente inaccesible. Y allí al solito del medio día y con la calma de un buen gourmet se la tragó enterita, degustando su maravillosa presa.
Al cabo de los días y cuando el díscolo alumno recupero la consciencia y hasta la cordura y pregunto por su oreja, los demás compañeros no le pudieron decir ni miau .

domingo, 28 de junio de 2009

las vacaciones


Se puede considerar a las vacaciones como aquel tiempo que añoramos durante todo el año. Hacemos montones de proyectos y todo aquello que no tenemos tiempo decimos que lo haremos en este tiempo.¡Pero ay cuando llegan!. De pronto sientes un enorme vacío en el cuerpo, la ansiedad te desborda, y quiere hacer tantas cosas de repente que de pronto lo único que se te ocurre es pensar : “A ver por donde empiezo”.Por lo pronto la hora de levantarte no la tienes muy clara. Por lo menos a mi, acostumbrado a madrugar durante el resto del año se me hace muy difícil cambiar el ritmo biológico de mi cuerpo. Y ya me veo levantado a las siete de la mañana preguntándome que hacer, y a esa hora se puede hacer bien poco. Las tiendas aparecen cerradas, por lo tanto de compras no se te ocurra ir. Aún faltan 3 horas para que abran. Los banco abren un poco antes, pero por lo menos hasta las 8 y media no hay nada que hacer.En fin , lo único que se me ocurre es coger la bicicleta y darme un paseo, con el riesgo claro de que te consideren un loco por ir tan temprano de aquí a allá dando bandazos sobre las dos ruedas.Cuando vuelvo , un buen desayuno y a leer algo la prensa.Después la indecisión :¿Voy de compras?. ¡Con el calor que hace!. Además ya estoy algo cansado de la bici. ¿arreglo el cuarto de los trastos? Pero si se puede uno morir de calor allí. En fin te enganchas un rato al ordenador a ver si este dichoso aparato te resuelve todos tus vacíos existenciales. ¿Je, je iluso uno!Sin darte cuenta es la hora de comer, y te planteas: ¿En casa o llamo a alguien y me tomo unas cervezas?. Resulta que después de varias llamadas no hay nadie dispuesto a sacrificarse con la cruzcampo.Tendré que comer en casa. ¿Pero que me hago?. ¡Quien se mete en la cocina con este calor. Al final dos latas de cervezas, una lata de atún, otra de alcaparra y un helado sin azúcar. ¡Vaya mierda de comida!Luego la siesta mientras vez la tele, una, dos y hasta tres horas me he pegado yo algún que otro día. Y cuando terminas todo sudadito como un pollo.En fin, ahora tendría que venir lo bueno. Ya han bajado las temperaturas. A ver si se anima alguien a salir. Vamos con los nuevos intentos de llamadas. Y hay días que salen bien y otras que te quedas viendo toda la basura que echan por la tele, además hasta las tantas porque con el pedazo de siesta que te has echado no hay quien pegue ojo.Vamos que como no lo tengas claro las vacaciones pueden ser un aburrimiento. Y además los demás dirán . ¡Que vidorra te pegas, tio!.

buena gente


Es corriente en los ambientes que nos movemos que se califique a alguien como buena gente. ¿Qué es una buena gente? En principio podría parecer un ser excesional, repleto de virtudes y digno de entrar en el santoral. Pero no nos engañemos. Seamos sincero:” ¿Cuándo decimos que una persona es buena gente?”.
Normalmente decimos que alguien es buena gente o porque no podemos decir nada de esta persona o porque ya ha hecho algo malo, y pretendemos justificarla. O sea que ya empezamos a vislumbrar que ser buena gente no es tan positivo.
Si no pueden decir nada de ti eso significa que eres un ser aburrido, sin personalidad, falto de recursos y de carácter, en fin ni chicha ni limoná, un ser destemplado, soso, falto de ingenio. Yo tenía una amiga que antes de conocerla me habían hablado muy bien de ella. Era una compañera de trabajo y yo pretendía acercarme a ella. Un día me la encontré en el pasillo del centro, y yo me dije esta es la oportunidad para conocerla. Me dirigí a ella y le entre con estas palabras: “¿Tu eres Chelo? Es que me han hablado mucho de ti”. Ella que precisamente no era modesta cayo de pronto en la trampa, se le iluminaron los ojos y me dijo:”Si yo soy Chelo .¿Pero que te han dicho de mí? “Yo inmediatamente creyendo que lo que iba a decir me abriría las puertas de su amistad, le dije: “Me han dicho que eres muy buena gente”. Ella frunció el seño y me contesto: “Eso solo tan dicho, si eso se lo dicen al más tonto “. “Por favor mientras solo piense eso de mi no me vuelvas a hablar”.
Evidentemente me quede desconcertado. Con el paso del tiempo fue una de mis mejores amigas y comprendí como a un ser excepcional como ella no se podría llamar solamente buena gente. Evidentemente era una ofensa.
También se emplea la buena gente cuando una persona ha hecho un “jangá”, vamos algo no muy positivos y la intentamos justificar. Por lo tanto si este fuera tú caso, ten presente que ya vienes de un lio gordo.
Otra forma de utilizar el buena gente, la podríamos calificar como la maquiavélica. A mí me suele ocurrir con los alumnos, cuando no quieren que le ponga un examen o quieren que le subas una nota. Me suelen decir: “Con lo buena gente que eres tu como vas hacer tal y cual”. En fin, que ya te están chantajeando.
Como habrás notado, querido lector, eso de que te llamen buena gente, es de lo peorcito que te puede ocurrir. Así que es mejor quizás que te llamen perro judío, por lo menos el que te lo dice te dota de personalidad, mala pero personalidad, al fin y al cabo, además tendrás clarito, clarito que con esa expresión seguramente no querrá aprovecharse de ti.

razones extrañas para llegar tarde al trabajo


A veces cuando se llega tarde al trabajo se tiene uno que inventar alguna excusa cuando, a veces, lo único que ha ocurrido es que se te han pegado las sábanas. Y piensas cuando vas para el centro que motivo le voy a dar a la jefa de estudio para que me crea. Pero a veces la propia realidad supera a la imaginación, y es precisamente lo que me ha ocurrido a mi hoy.
Cuando ya me disponía a montarme en mi coche para irme hacia mi centro oigo desde lo más profundo del portal de mi casa decir a mi padre: “El gato, el gato”.
No comprendo lo que dice mi padre. ¿De qué gato me habla si nosotros lo que tenemos son dos perros? Y él insiste: “El gato, ten cuidado con el gato”. Por fin, cuando se acerca me cuenta lo que ha ocurrido.
Un pequeño gato de pelo anaranjado se ha metido en el motor de mi coche. ¿Vaya sorpresa ?. ¿Y ahora qué hacemos?
A mí lo primero que se me ocurre es ponerme a tocar la bocita del automóvil como si fuera un loco. El gato no sale pero si los vecinos. Ya somos varios dando consejo sobre qué hacer.
En principio abro el capo de coche y efectivamente allí está el gato. Acobardado, semiescondido. A mi cuñado, el más decidido de todo lo primero que se le ocurre es coger el recogedor y darle con el palo de este. El gato una y otra vez , miau y miau, pero no sale, no sabe cómo salir.
Unos albañiles que están enfrente y que siempre tienen tiempo para dar consejo, recomienda que le echemos agua. Pues bien, allí vamos echando agua ,como desposeídos ,por todo el motor. Tampoco sale, además temo por el motor.
Mi padre me recomienda que lleve el coche a un taller y yo digo que como voy a hacerlo. Tendría que arrancar el coche y lo mismo el gato se queda electrocutado.
Más tarde un vecino aparece con un largo palo, el cual recomienda que todos debemos llevar uno así en el coche ¿Para qué? .¿Tantos gatos se meten en los motores? Bueno pues con ese maravilloso instrumento por fin logramos que el gato salga del motor. Cuando me doy cuenta han pasado ya 45 minuto desde que pretendía partir. ¿Se creerá la jefa de estudio la razón de mi tardanza? Creo que mejor le diré que me he quedado dormido.

Dibuja con perspectiva

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