Anecdotario. Blog divertido y desenfadado de Curro Gutiérrez Vargas basado en anécdotas reales.
bienvenidos
Bienvenidos aquellos que saben valorar una sonrisa. Bienvenido los que saben sobrellevar con humor los problemas. Los que saludan por la calle. Los que saben disfrutar de un rato de charla.
Bienvenido los que saben dialogar y respetar al contrario. Bienvenidos los que defienden sus pensamiento, sus deseos y sus locuras siendo tolerantes.
Bienvenidos los que saben reirse de si mismo y los que saben encontrar algo positivo en un mal momento. Los que disfrutan del mar y de la cervecita, de la compañía de los amigos y de la libertad de ser cada uno diferente pero iguales.
Bienvenido al fín, todo aquel que sepa aprovechar el don de la vida.
Bienvenido los que saben dialogar y respetar al contrario. Bienvenidos los que defienden sus pensamiento, sus deseos y sus locuras siendo tolerantes.
Bienvenidos los que saben reirse de si mismo y los que saben encontrar algo positivo en un mal momento. Los que disfrutan del mar y de la cervecita, de la compañía de los amigos y de la libertad de ser cada uno diferente pero iguales.
Bienvenido al fín, todo aquel que sepa aprovechar el don de la vida.
LA OTRA INFORMACIÓN ALTERNATIVA
sábado, 3 de julio de 2010
el precio
En la vida, afortunadamente, todo no se puede tasar con billetes, ni de euros ni de dolores. Tampoco se puede pagar con tarjeta de crédito. Se aún dudas lee esta pequeña anécdota que ahora te voy a contar.
Mi padre, tiene un hermano, que además de ser un ser entrañable también es una persona ocurrente, este es mi tío Adriano. Además de las cualidades que he especificado también posee aquella que no le hace rendirse a las primeras de cambio.
Sería sobre los años 50, cuando mi tío se encontraba sin trabajo, sin saber que hacer y esperando una oportunidad. Como viendo que esta no le llegaba, le propuso a otro pariente mío ,mi tío Sebastián, este mucho mas mayor pero con mas caudales, que montaran entre dos los una granja de cochinos.
Una y otra vez le insistía a mi otro pariente en su propuesta. Y este último siempre le daba la callada por respuesta. Tanto insistió que mi tío Sebastián se vio obligado a contestarle, estaba ya cansado de que lo persiguiera, que le propusiera mismo, en el bar. como en el campo, en el almuerzo como en la cena.
Cansado de tanto requerimiento, se dirigió a él con voz rotunda de esta manera.
-¡Pero vamos a ver, hijo mió! ¿Pero tú tienes dinero para montar una granja?
- No. Le respondió el más joven. Y a continuación afirmó con todo el convencimiento del mundo. Pero tengo 20 años. ¡Y eso si que es un buen caudal!
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