LLévate un recuerdo

Una de las costumbres que hemos perdidos es que cada vez que íbamos de viajes a la familia, amigos u amantes les traíamos un pequeño recordatorio de donde habíamos estado. Los había autóctotos, como aquellos hechos con almejas de la playa, los había folclóricos, como las chiclaneras muñecas de Marín. ¡Pobrecillas como perdieron su puesto con las pantallas planas, y eso que eran delgaditas, no como la Ramona!. Que era pechugona y tenía dos cántaros por pecho.
También !eníamos aquellos "regalitos" que eran para esconder, por la verguenza agena que te provocaban. ¡Era tan horrible el gusto del que te lo regalaba!. De esos, de esos aún tengo yo unos cuantos en el altillo de mi ropero. Por cierto , ahora que estamos solos, y que casi no nos escucha nadie. He reunidos todos estos regalos "infames" en una caja, a la cual he denominado: "Para regalos". ¡Je, je!.
¿Lo van cojiendo o no?. ¡Que estamos en crisis y yo también me tengo que desprenderme de aquellos organismo que son ineficientes, no crean recursos y agraban la economía. Traducido al lenguaje decorativo: Ocupan un espacio innecesario. ¿Os que solo tiene derecho hacer recortes el señor Rajoy?.
Yo como él, lo que no me conviene, y con la escusa de la crisis, a recortar, bueno mas bien a regalar. ¡Pobrecito los proletarios de mis amigos!. ¡No saben el mal gusto que tuvieron otros!. Por cierto: ¿Cuando dijistes que era tu cumpleaños ?.