bienvenidos

Bienvenidos aquellos que saben valorar una sonrisa. Bienvenido los que saben sobrellevar con humor los problemas. Los que saludan por la calle. Los que saben disfrutar de un rato de charla.
Bienvenido los que saben dialogar y respetar al contrario. Bienvenidos los que defienden sus pensamiento, sus deseos y sus locuras siendo tolerantes.
Bienvenidos los que saben reirse de si mismo y los que saben encontrar algo positivo en un mal momento. Los que disfrutan del mar y de la cervecita, de la compañía de los amigos y de la libertad de ser cada uno diferente pero iguales.
Bienvenido al fín, todo aquel que sepa aprovechar el don de la vida.

sábado, 4 de mayo de 2013

Por su comodidad



Como posiblemente nunca llegaré a presidente de gobierno, ni tampoco a príncipe consorte no temo que mi compañía de teléfono móvil se enfade conmigo y no me destine a un buen puesto de trabajo espléndidamente  remunerado cuando ya no haga falta en los anteriores cargos tengo la ventaja de poder hablar mal de ella. ¡Que conste que no es por criticar! Je, je ¿O sí?
En fin, que hace aproximadamente me dieron o me cambiaron, nunca lo sabré muy bien mi móvil antiguo por otro nuevo al cual no acabo de entender. Porque cuando menos lo espera te conecta con los 40 principales, se mete en una página web del Kurdistán o sale cantando por Sevilla. ¡Es tan imprevisible como espontáneo ¡
Como la relación entre él y yo no está muy clara desde hace tiempo intento que su contestador automático no funcione. Hasta ahora tenía puesto en él, según mis amigos un extraño mensaje que decía así: “No dejen ningún mensaje que yo el contestador automático no lo oigo nunca”. Y es verdad, por pereza o porque no me da la gana, no suelo oír el contestador. Si no estoy que me vuelvan a llamar. La pena que siento es que al pobrecito que llama mi generosa compañía si la cobra la llamada. Y tú pa na, pa na pa na , si yo ya he dicho que con esa máquina no voy a hablar.
Pero como hoy tenía tiempo he decidido embestir la batalla final. ¡ A por el buzón de voz!. Es buscado que hacer por internet y la solución que m han dado es que llame al 1004, que es el teléfono de atención a los clientes de mi compañía.
Visto y hecho. Ah pero lo que no esperaba es que me saliera una voz automatizada solicitándome lo que quiero. Yo muy amablemente, y no se porque hay que ser amables con las máquina. ¿O tú le hablas con cariño a la plancha o la lavadora?. Como decía muy amablemente le digo que quiero quitar el buzón de voz. A continuación me da otro número para que le enviara un mensaje para que  dé de baja el buzón. Tras este mensaje me dice el nuevo número que no puede dar de baja al susodicho artilugio y que llame al 1004, o sea , al anterior .Saben ustedes  como se llama esto, pues algo absurdo y técnicamente : Círculo vicioso. Vicioso desde luego pues anda que no s está generando dinero la compañía con los ingenuos de mis amigos, el vicio de conseguir más y más dinero a base de los más despistado. Y a todo esto sin hablar con un solo ser humano
He intentado esta operación por lo menos 6 veces. Pero lo más paradójico de todo que al final de la conversación te dicen que para tu comodidad contacte con tal número página web. ¿Para mi comodidad y para los de ellos?.
Pues nada visto el plan de ellos, yo  a aplicar el mío. Volver a llamar una, dos, tres y equis veces al 1004  pronunciándoles estas palabras : “Para mi comodidad deseo hablar con un ser humano”. Y otra vez me preguntaba la máquina , una y otra vez, que  desea y yo con mis discos rayado : “ Para mi comodidad deseo hablar con un ser humano”. Y saben de aquel del que la sigue lo consigue. Pues va a ser cierto. Porque al fin me pusieron con ser humano al cual me falto aplaudí y un pis pas me solucionó el asunto. “Es que hablando las gentes nos entendemos”.






 ¡ Feliz primavera !

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