
Ayer decidí darme una vuelta por la estación de Santa Justa, que está enfrente a mi casa. Cuando me levanto por la mañana lo primero que veo es la silueta de esta peculiar estación. De pronto me encontré a un montón de guardias austriacos con acento andaluz. De repente Sevilla se convirtió en Salzburgo, y su estación la terminal de esta ciudad austriaca.
Extraños y abrigados pasajeros transcurrían por sus andenes. Y numerosos cámaras captaban el momento. Y entre estos pasajeros se mezclaba alguien conocido.
Era Tom, Tom con su hija y su señora. ¡Vaya con la crisis!. Que hasta Tom Cruise tiene que coger el cercanía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario