Últimamente se apadrina todo tipo de seres y cosas. Desde un niño, hasta un cuadro. Una tortuga, un elefante, un edificio, etc. Yo ayer apadriné un árbol. Y dirán ustedes. ¿Esto en qué consiste?
Todo comenzó por un artículo que en estas pasadas navidades apareció en “El correo de Andalucía”. Una organización ecológica te ofrecía la oportunidad de sembrar un árbol frutal, yo en concreto sembré un cerezo, es el que me parece más estético.
Pues bien, ayer bastante temprano me dirigí a la finca que posee esta asociación. Unos chavales y chavalas muy simpáticas nos recibieron con un agradable desayuno, a base de tarta de manzana ecológica. Seríamos unas 60 personas y tras el sabroso desayuno, nos enseñaron como plantar un árbol, algo no demasiado difícil pero que tiene su truco. Después cada uno decidió el árbol que deseaba plantar. Había ciruelos, manzanos, etc. Y nos pusimos a la tarea. Después de terminar nuestra labor nos hicieron una foto junto al árbol plantado. A medida que vaya pasando el tiempo recibiremos una foto de cómo avanza nuestro retoño. No sé si esto será práctico o no, pero al menos fue divertido, además de saludable. Ahora lo que si se es que por muchas cartas que le mande a mi arbolito, me temo que no voy a tener respuesta.
Por cierto, aquí os dejo la dirección de la página web de la asociación, por si alguno se anima a repoblar nuestros maltratados campos.
ECOGRANJA
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