Anecdotario. Blog divertido y desenfadado de Curro Gutiérrez Vargas basado en anécdotas reales.
bienvenidos
Bienvenidos aquellos que saben valorar una sonrisa. Bienvenido los que saben sobrellevar con humor los problemas. Los que saludan por la calle. Los que saben disfrutar de un rato de charla.
Bienvenido los que saben dialogar y respetar al contrario. Bienvenidos los que defienden sus pensamiento, sus deseos y sus locuras siendo tolerantes.
Bienvenidos los que saben reirse de si mismo y los que saben encontrar algo positivo en un mal momento. Los que disfrutan del mar y de la cervecita, de la compañía de los amigos y de la libertad de ser cada uno diferente pero iguales.
Bienvenido al fín, todo aquel que sepa aprovechar el don de la vida.
Bienvenido los que saben dialogar y respetar al contrario. Bienvenidos los que defienden sus pensamiento, sus deseos y sus locuras siendo tolerantes.
Bienvenidos los que saben reirse de si mismo y los que saben encontrar algo positivo en un mal momento. Los que disfrutan del mar y de la cervecita, de la compañía de los amigos y de la libertad de ser cada uno diferente pero iguales.
Bienvenido al fín, todo aquel que sepa aprovechar el don de la vida.
LA OTRA INFORMACIÓN ALTERNATIVA
domingo, 31 de enero de 2010
el caballito
Pio Baroja, solía decir: “Soy distraído, por estar abstraído”. Eso es precisamente lo que me pasa a mí, que estoy siempre pensando en otra cosa mientras hago algo.
El otro día decidí dar un limpiadillo al coche, porque con esto de las lluvias pasadas, no veas la de barro que tenía la alfombrilla. Pues bien, me dirigí a la gasolinera con esta intención. Ya que estaba allí se me ocurrió echar algo de combustible. Me acerqué al primer surtido, y me di cuenta que la entrada del combustible quedaba al otro lado de este. Me volví a cambiar de surtidor y otra vez me pasó lo mismo. Hasta tres intentos tuve que hacer hasta conseguir posicionar la entrada del combustible del coche con la situación de la manguera.
Después me marché a limpiar el interior del coche. Realicé mi tarea y me puse en marcha con destino a Sevilla.
A los pocos minutos noté como el coche no funcionaba del todo bien. Y ahora comencé a preguntarme qué tipo de combustible había echado. El coche cada vez iba dando más trompicones. Y yo meditando si había echado gasolina o gasoil en el depósito.
Repasé una y otra vez en mi memoria, el momento en que hice tal tarea. Pero aún no he conseguido recordar claramente que tipo de energía derrame sobre el motor. Lo único que sé es que a partir de ahora no me hace falta una moto para hacer el caballito.
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