¡Os lo juro! Yo solo iba a comprar tabaco.
Salí de mi piso de Cádiz hacia el estanco de la esquina a comprar algo de tabaco. Cuando de pronto presentí que el día se presentaba bastante caluroso. ¡Y yo con estos pelos!
.Decidí pelarme porque la peluquería estaba al lado. Se llama Peines, pero por broma del destino. Y visto desde mi casa que está enfrente, una farola le roba la i.
Al principio no pude entrar, unas de las peluqueras había derramado un cubo de agua sobre el suelo del local. Tuve que esperar en la puerta para que lo recogiera. Allí dentro se mostraban dos peluqueras más. La cajera y otra algo desganada.
¿Qué es lo que desea? Me preguntaron al momento. Pues pelarme, le contesté yo.
Fue decir eso y la peluquera desganada convertirse en la hermana secreta de Paz Padilla . Que agilidad, que don de habla, que gracejo. Lo primero que me pregunto era que como me llamaba. Yo le conteste que Curro. Y ella desglosó una serie de alabanzas todas a la par y muy bien conjuntada. : Qué que me gusta el nombre .Qué bonito .Que arte picha. Mi gato que se llama así. En fin, parecía que le había dado la alegría de su vida por llamarme de esta manera.
Después vino el interrogatorio. ¿Tú no eres de aquí? ¿En qué trabaja? ¿Estas casado? Yo a todo esto también me anime y me dedique a preguntarle. Y me enteré que su novio si fue un día por tabaco, pero después no fue a pelarse, sino que ni siquiera volvió. Y desde entonces en vez de dejarse tomar el pelo, prefiere ella cortárselo a los demás.
Por cierto, con tanta charla me dejo el cabello repleto de trasquilones.
Salí de mi piso de Cádiz hacia el estanco de la esquina a comprar algo de tabaco. Cuando de pronto presentí que el día se presentaba bastante caluroso. ¡Y yo con estos pelos!
.Decidí pelarme porque la peluquería estaba al lado. Se llama Peines, pero por broma del destino. Y visto desde mi casa que está enfrente, una farola le roba la i.
Al principio no pude entrar, unas de las peluqueras había derramado un cubo de agua sobre el suelo del local. Tuve que esperar en la puerta para que lo recogiera. Allí dentro se mostraban dos peluqueras más. La cajera y otra algo desganada.
¿Qué es lo que desea? Me preguntaron al momento. Pues pelarme, le contesté yo.
Fue decir eso y la peluquera desganada convertirse en la hermana secreta de Paz Padilla . Que agilidad, que don de habla, que gracejo. Lo primero que me pregunto era que como me llamaba. Yo le conteste que Curro. Y ella desglosó una serie de alabanzas todas a la par y muy bien conjuntada. : Qué que me gusta el nombre .Qué bonito .Que arte picha. Mi gato que se llama así. En fin, parecía que le había dado la alegría de su vida por llamarme de esta manera.
Después vino el interrogatorio. ¿Tú no eres de aquí? ¿En qué trabaja? ¿Estas casado? Yo a todo esto también me anime y me dedique a preguntarle. Y me enteré que su novio si fue un día por tabaco, pero después no fue a pelarse, sino que ni siquiera volvió. Y desde entonces en vez de dejarse tomar el pelo, prefiere ella cortárselo a los demás.
Por cierto, con tanta charla me dejo el cabello repleto de trasquilones.
Lo tuyo no son los cortes de pelo: si no es tu hermana, es la peluquera... ¡qué mala suerte tienes! Bueno, seguro que en Turquía no se aprecia, como vamos a tener que llevar la cabeza cubierta, pasarás inadvertido... jejeje
ResponderEliminarTU ELISA